lunes, 7 de septiembre de 2009

Primera llamada a la sucesión de Quintana Roo


Cíclope Juarista
Monday, September 07, 2009 - Por José M. Ramírez Hernández

Por José M. Ramírez Hernández

Ingobernabilidad no es más que la desobediencia civil al orden establecido. En muchos de los gobiernos estatales del país se han dado gobiernos que no responden a la voluntad popular y esto ha hecho que la mayoría de los ciudadanos al no estar identificado con ese gobierno, no haga suyas las líneas y ejecutorias del poder.

La manera de corregirlo es dando participación a todos los estamentos de la sociedad a los fines de que las líneas y ejecutorias sean el resultado del consenso entre las partes afectadas y que no se vean como imposiciones.

El mensaje que se envía con la detención de Salvador Rocha Vargas

La detención de Salvador Rocha Vargas ocurrido hace unos días en el estado, trae a un primer plano de atención pública el contexto general dentro del cual pone en entredicho nuevamente a los cuerpos policiacos.

Y, en su turno, ese contexto nos explica por sí mismo sin ninguna sofistería ni falacia los móviles políticos y de poder de esta detención de una figura pública que emblematizaba, con su oficio de primer policía del estado y hombre de todas las confianzas del gobernador nos dice una sola cosa, esta es una primera llamada de gobernación a la sucesión que viene y es una realidad ominosamente abrumadora, el próximo gobernador vendrá con la bendición de los pinos ojo a esto, es posible que el escenario del Ex gobernador Mario Villanueva se repita.

Vuelve el fantasma de la línea de gobernación, y esto se ha materializado con la detención de Salvador Rocha Vargas, aunque antojase obvio que gobernación mande una señal lo cual es una realidad insoslayable.

El gobierno federal gobierna y el Estado prevalece, aunque muestre patéticamente su debilidad moral y ética y aun mas sus contradicciones jurídicas y cortedades jurisdiccionales al ser un rehén de los poderes fácticos.

Aunque un gobierno carezca de la autoridad moral que deviene de un acervo o capital político, puede gobernar con la vigencia de un contrato social y eso el gobierno federal lo sabe muy bien.

Es posible que la Ingobernabilidad que percibimos y que hoy exhibe sus babeantes y hediondas y amenazadoras fauces no es un hecho de súbita manufactura, sino lo opuesto, es la consecuencia largamente anunciada y, ergo, previsible de una concatenación de vectores y factores.

Los avisos previos y anticipatorios de esa ingobernabilidad se han sucedido ininterrumpidamente, Un aviso elocuente es el crecimiento exponencial de ciertos fenómenos.

Causas

1) El desarrollo exponencial y crecimiento consecuente de las organizaciones dedicadas al tráfico.

2) Ese crecimiento del mercado de consumidores cuyo grueso está conformado por niños, adolescentes y adultos jóvenes.

3) La deficiente educación pública sustentada sobre premisas filosóficas e ideológicas aberrantes

4) Tocante a la incertidumbre socioeconómica, definida por el crecimiento del desempleo y el subempleo y, en general, la economía informal, ha convertido al narcotráfico en el mayor empleador con unos cinco millones de empleados.

5) Ese desenvolvimiento del quehacer delictivo fuere éste organizado u ocasional o estacional u oportunista tiene por causales la inestabilidad.

La inestabilidad deviene al converger los vectores ya identificados el educativo y el de la incertidumbre socioeconómica y se erige en poderosa causal principal de la ingobernabilidad. Esta se manifiesta inevitablemente en violencia.

Las ejecuciones es el común denominador de la ingobernabilidad, fenómeno que, dicho sea de paso, enuncia su naturaleza en su propia manifestación general y particular.

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