lunes, 2 de agosto de 2010

Cancún de Juárez


A más de doscientos años del natalicio del más grande estadista, y liberal de nuestra Patria, Benito Juárez, los Benito juarenses debemos hacer hincapié para honrar al indio de Guelatao quien al gobernar lo hizo siempre con la gente, y donde el beneficio social fue el eje rector de su gobierno. El Presidente Juárez fue un presidente que estuvo atento a los reclamos y demandas de las comunidades y barrios, y gracias a ello, logró la unidad, suma de voluntades y esfuerzo conjunto que le permitió sortear las vicisitudes y no hubo obstáculo que no pudiera vencer, llama poderosamente atención que hoy Jaime Hernandez presidente municipal de Cancún lo invoque esperamos sea un Juarista en los Hechos y no en las palabras.
Juárez sabía perfectamente lo que era vivir y realizar las labores del campo, las faenas cotidianas que el ciudadano común tenía que desempeñar, por lo que tuvo la sensibilidad y capacidad de comprender al pueblo mexicano.
Los ciudadanos benitojuarenses exigen un gobierno responsable, entendiendo por éste el que sirve a todos los ciudadanos sin distingo de partidos o ideologías, que escuche y atienda el reclamo popular. Los benitojuarenses demandan a los representantes populares que estén con la gente, que le den a nuestra entidad un rumbo con certidumbre, una dirección con responsabilidad, sin comprometer el erario público ni adquirir deudas y compromisos que impidan el desarrollo y crecimiento sustentable de nuestro Cancún.
Una similitud entre aquél México del Siglo XIX y al del Siglo XXI es que en torno a la causa ciudadana, converge un amplio movimiento con gran potencial de resolver muchos de nuestros problemas. Juárez comprendió que el gobierno debe aprender de la sociedad y debe evolucionar en sus formas de gestión, de organización y de toma de decisiones.
En este año del bicentenario el gobierno debe retomar la dirección, a fin de que se solidifiquen los cimientos y se construya un mejor Quintana Roo:
El gobierno debe
1. Tener Organización para causas concretas, solo así se pueden atacar los problemas con eficiencia, facilitando la evaluación de resultados.
2. Tener Participación para lograr la eficacia en las respuestas, sin temor a la participación social, ya que ella es parte de la solución y no del problema. Cuando se piensa que solo el análisis técnico es el generador de la gestión política, se topa con pared. Por ello hoy la ciudadanía se siente, en muchas ocasiones, ajena a los proyectos y obras.
3. Debe Tener Vinculación de esfuerzos, ya que la suma de voluntades facilita el logro de mejores resultados. Esta es la forma en que se recupera la esencia humanista en la gestión pública.
4. Debe tener Simplificación y solución efectiva de problemas, que abra cauce a la desregulación que ponga el gobierno al servicio del ciudadano.
5. De tener Liderazgo. En este concepto, debe plantear el compromiso como piedra angular de trabajo, que se rescate el significado del compromiso individual, que sea humilde cuando no se cumpla, que se esté orgulloso cuando se alcance una meta. Hacer bien las cosas exige liderazgo. Hoy se necesitan líderes convencidos, comprometidos, que ofrezcan respuestas y no tengan miedo a innovar.
Reitero el gobierno del Presidente Juárez fue promotor de la información y la comunicación. En ocasiones existe una gran resistencia en la administración pública a proporcionar información, a mostrar resultados, a ser evaluadas. El gobierno debe superar esa visión equivocada y hacer de la información un bien público. La buena comunicación es fuente de certidumbre.
Otra característica esencial que nos deja como legado el Benemérito de las Américas es el eficiente empleo de recursos. Es importante dejar atrás el culto a la imagen personal, erradicar la cultura del derroche de la administración pública. El erario y los bienes públicos deben ser valorados y tenerse clara conciencia de cómo alcanzar resultados que redunden en mayor bienestar, sin grandes gastos, pero con gran energía y creatividad.
Juárez fue, “un hombre de acción y de pensamiento”. En el ideario juarista, encontramos conceptos vigentes, con igual o mayor peso en su tiempo como en el nuestro, tales como “Como hijo del pueblo, nunca podría yo olvidar que mi único título es su voluntad, y que mi único fin debe ser siempre su mayor bien y prosperidad”.
El Benemérito utilizó la pluma como instrumento civilizador, de donde nacieron las Leyes de Reforma, la nacionalización de los bienes de manos muertas, la libertad de cultos, y principalmente, la independencia absoluta de las potestades civil y espiritual. Afirmó que “a la distancia, Juárez parece un liberal cristiano capaz de afirmar que se necesita una religión que nos obligue a leer y no a gastar los ahorros en cirios para los santos”.
Entre gobierno y sociedad debe tenderse nuevos puentes, nuevos métodos de trabajo, es tiempo de construir prácticas diferentes que vuelvan a otorgar al ciudadano la confianza en sus instituciones, es necesario establecer nuevas bases para dejar atrás viejas sospechas.
Debemos dejar atrás los tiempos de demagogia, los benitojuarenses están cansados de ello. Hoy se quiere un gobierno que muestre y demuestre que puede invertir más en salud, que promueva la construcción de vivienda, vivienda digna. Un gobierno que invierta, sin miedo, en obras de infraestructura en servicios públicos como agua potable, drenaje profundo, vialidades, pero por encima de todo, un gobierno de mano firme ante aquellos que intentan generar caos y zozobra entre la sociedad, sin tolerancia alguna para quien atente con lo más preciado, nuestras familias.
Los benitojuarenses están prestos a marchar junto a los gobernantes legítimamente electos, a pesar de aquellos detractores que minimizan el valor de un voto, el cual en una sociedad democrática como la nuestra, expresa la voluntad y libertad de decisión de la ciudadanía. Nunca es tarde, para juntos trabajar por el bien de Cancún, sin temor a la competencia política, porque los benitojuarenses lo que sí rechazan es la incompetencia política.

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